Según una reciente noticia, un grupo de migrantes venezolanos residentes en Estados Unidos, concretamente en Texas, fueron detenidos. Recibieron un documento legal que informaba su expulsión bajo una ley de 1789.
El problema no era solo el contenido del documento.
Era el idioma.
Estaba escrito en inglés.
Y varios de ellos solo hablaban español.
¿Te imaginas recibir una noticia que define tu destino…
en un idioma que no entiendes?
Este detalle me recordó algo fundamental en oratoria:
no basta con tener un mensaje, hay que hacerlo comprensible.
Muchos oradores creen que su trabajo es sonar profesional, sofisticado, técnico.
Pero si tu público no entiende lo que dices, no estás comunicando.
Estás decorando el aire.
La verdadera maestría no está en complicar el mensaje,
sino en hacerlo accesible, humano y claro.
Eso es lo que crea conexión.
Eso es lo que deja huella.
¿Y cómo se aplica esto a tus discursos y charlas?
🔸 Habla el idioma emocional de tu audiencia.
🔸 Evita jerga innecesaria.
🔸 Asegúrate de que cualquiera pueda seguir tu hilo.
🔸 Y si usas una palabra difícil… explícalo. Así de simple.
Porque si quieres impactar, no tienes que sonar listo.
Tienes que hacer que el otro se sienta entendido.
Para este post hemos utilizado la estructura número 6.
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