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Cómo dejar de pensar que haces el ridículo cada vez que hablas en público

No falla.

Te toca hablar. En una reunión, en una presentación, en una entrevista. Te sabes el tema. Te lo has preparado. Pero en cuanto todos te miran…


Boom.
Se te encoge el pecho. Se te dispara el corazón. Y lo peor: empiezas a pensar.

“¿Y si me trabo?”
“¿Y si digo una tontería?”
“¿Y si se dan cuenta de que estoy nervioso?”

Y zas, ahí está: el miedo al juicio.

No es miedo a hablar. Es miedo a que te miren raro. A que alguien piense que no vales. A quedar como un impostor.


Y eso, amigo o amiga, es más común de lo que parece. Le pasa a profesionales con años de experiencia, a directivos, a personas brillantes que en su día a día lo dan todo… menos su voz.

No te pasa solo a ti

Esto no es una debilidad. Es un mecanismo de defensa que se activa cuando sentimos que estamos expuestos. El problema es que nos juega en contra justo en el momento en el que más necesitamos presencia, calma y foco.

Es como querer tocar el piano… mientras estás cayendo por una montaña rusa.

Y claro, ¿cómo vas a sonar bien así?

La mente se pone en modo “huida”, y lo que iba a ser una idea clara se convierte en un discurso lleno de muletillas, dudas, frases entrecortadas… y un sentimiento de “lo he hecho fatal” que te acompaña todo el día.

La raíz del miedo: no es lo que dices, es cómo lo sostienes

La mayoría de personas no fallan por lo que dicen. Fallan porque no saben sostener su mensaje.
Porque no tienen estructura. No tienen un mapa. Y sin mapa, te pierdes.

La voz tiembla cuando no hay un camino claro.
El juicio aparece cuando tú también dudas de lo que vas a decir.

Y aquí entra una verdad que nadie te cuenta:
Hablar bien en público no es un talento. Es un sistema.

Sí. Un sistema que se puede entrenar. Como el cuerpo. Como un músculo. Como aprender a nadar sin tragar agua.

Tres grandes mentiras que alimentan tu miedo

  1. “Hablar en público es para extrovertidos”
    Falso. Ser extrovertido no significa ser claro. He visto personas tímidas dejar a un auditorio en silencio total, solo porque sabían estructurar lo que decían con intención.
  2. “Tienes que improvisar y sonar natural”
    Otra trampa. Suenas natural cuando tienes claridad. Cuando sabes a dónde vas. Improvisar sin estructura es como conducir con los ojos cerrados.
  3. “Si practico mucho, se me pasará”
    Puedes practicar mil veces. Pero si no tienes una base sólida, seguirás sintiéndote inseguro. Lo que necesitas no es repetir. Es comprender cómo se construye un mensaje poderoso.

¿Y si empezamos a hablar con orden?

Imagina esto:
Tienes que presentar una idea. En lugar de pensar “a ver cómo lo digo”, aplicas una estructura que te guía:

  • Sabes cómo empezar con fuerza.
  • Tienes claro el desarrollo, sin perderte.
  • Cierras con impacto y seguridad.

Eso cambia todo.
La mente se calma.
El cuerpo se regula.
La confianza aparece.

No porque desaparezca el miedo… sino porque ahora sabes qué hacer con él.

Historias reales (sin nombre, pero muy reales)

— Una directiva que llevaba años evitándolo. Decía: “Lo mío no es hablar, yo mando mails”. Un día aplicó una estructura, habló en una reunión clave… y ahora lidera presentaciones sin agobios.

— Un chico que venía a una mentoría y me decía: “Es que me da vergüenza hasta decir mi nombre delante de gente”. Hoy da clases en su empresa y lo hace con una naturalidad brutal. No porque se haya vuelto otro… sino porque ha vuelto a ser él, pero con estructura.

No necesitas ser otro. Sólo necesitas saber cómo organizar lo que ya tienes dentro

Porque no te falta contenido.
Te falta confianza.
Y la confianza viene del orden.

La estructura no te limita.
Te libera.

Es como el esqueleto: no se ve, pero gracias a él te sostienes.

Por eso nació el Club de las Estructuras Poderosas

Un espacio donde puedes aprender a comunicar a tu ritmo, sin presión, sin postureo, sin relleno.

Una membresía anual (sí, solo 99 € al año) donde encuentras:

  • Las 10 estructuras más utilizadas por los grandes oradores.
  • Plantillas descargables.
  • Vídeos explicativos y ejemplos reales.
  • Guías paso a paso para aplicar en presentaciones, reuniones, entrevistas, ventas, redes…
  • Técnicas de lenguaje verbal, no verbal, pausas, manejo de imprevistos y seguridad.
  • Aplicaciones prácticas en contextos reales y actuales.

Y además:

  • Acceso a nuevos contenidos cada mes.
  • Sesiones en vivo, retos, vídeos de inspiración cotidiana.
  • Audios para tus mañanas o tus momentos clave.
  • Y si quieres más, mentorías personalizadas o formaciones grupales.

Esto no es una academia más.
Es un lugar para volver a ti. A tu voz. A tu mensaje.
Sin disfraces. Con estructura. Con impacto.

Porque comunicar no es solo decir cosas.
Es atreverse a dejarse escuchar.


¿Te tiemblan las ideas? Perfecto. Aquí estamos para entrenarlas

Entra ahora al Club de las Estructuras Poderosas y empieza por donde quieras.


Tienes una reunión en tres días, una defensa, una entrevista…
Busca la estructura que te encaje.
Estúdiala en 20 minutos.
Aplícala.
Y siente el cambio.

No es magia. Es método. Es Malunza.

Hazte miembro ahora Y empieza a hablar con orden, claridad y fuerza.
Bienvenido al lugar donde tu voz empieza a sonar como siempre quisiste sonar.

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