Nunca vamos a ser suficientes para alguien, tenlo claro.
Cuando comencé con la comunicación de una forma más seria, me di cuenta de que tenía mucho que aprender.
Me comí mil libros, cursos y vídeos de Youtube. Practiqué con cada persona que me crucé. Hablé con personas de todo tipo, fui a toda clase de eventos y cuando creí que era el momento, aunque no me sintiese preparado del todo, me lancé y comencé a anunciarme por las redes y entre conocidos como formador de oratoria.
¿Y sabes lo que me pasó con mi primera cliente? Que la lié mucho. Quise enseñarle tooodo lo que sabía sobre comunicación, algo imposible. Una gran cagada.
Debí haber hecho lo que hago ahora, realizar una auditoría de comunicación gratuita por videollamada, escuchar, evaluar y proponer técnicas que ayuden a mi cliente a alcanzar sus objetivos de comunicación. Y si no puedo ayudarte, ¡Genial! tú te llevas unos consejos de comunicación y yo la oportunidad de haberte conocido.
Me castigué durante semanas hasta que, hablando con amigos de confianza, me hicieron ver que el fallo era parte del proceso. Cuando comenzaste a caminar de niño, ¿Cuántas veces te caíste?. Y cuando aprendiste a sumar, restar, multiplicar o dividir, más de lo mismo.
Cuando esto me ocurrió, hablé con mi cliente de nuevo, le expliqué la situación, y aunque finalmente le presté un buen servicio, decidí en ése caso concreto, no cobrarle por la falta de seriedad conmigo mismo y con ella. Era lo justo.
Asumí que debía seguir fallando. Que debía seguir probando y aprendiendo sin parar. Y después de 10 años, sigo aprendiendo cosas nuevas.
Y aunque no te lo creas, cada fallo me ha enseñado a ser mejor formador y mejor profesional.
Aprendí que
- Hay que fallar todos los días si queremos aprender algo.
- Ser sincero es imprescindible cuando vendes tu servicio.
- No te rindas si de verdad crees en ti.
- Lo que no sepas hoy, si te pones las pilas, lo dominarás mañana.
Consejo
Déjate la piel en todo lo que hagas, y más si es algo que depende totalmente de ti. La evolución como profesional se irá dando de forma automática si de verdad trabajas y crees en ti. Siempre nos vamos a encontrar con obstáculos de todo tipo, y el enfrentarnos a ellos es lo que nos aportará madurez profesional y mucho crecimiento personal.
Por eso te quiero invitar a que hagas un pequeño esfuerzo por tu parte y me escribas o me llames, si la habilidad de saber hablar en público es importante para ti o para tu profesión.
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